El sábado pasado estuve en un curso de evangelización de la Caja Roja y la verdad que fue fantástico. Aprendimos mucho y profundizamos en el ministerio de Juan el Bautista. Fue genial poder aprender y ver la necesidad de que todos debemos evangelizar y hablar de lo que creemos, de nuestro increíble Dios :)
Por la estuvimos en la calle evangelizando y poniendo en práctica (bueno algunos que se habían preparado y lo habían hecho anteriormente) lo aprendido. Hubo uno de los mensajes que dieron que me impactó y le voy a "coger prestado" la idea principal, añadiendo mi granito de arena ;)
El mensaje iba sobre una nueva forma de contaminación - la contaminación del alma. Hoy es día estamos concienciados, o al menos unos cuantos intentan que todos los demás lo estén, con la contaminación que hay en nuestro planeta. Cada vez hay menos bosques, cada vez hay más vertederos, el agua está contaminada, especies en peligro de extinción, estamos destruyendo el precioso planeta que nos regaló Dios (que sepáis que estoy concienciada con esto y os hablaré más adelante, pero no trata sobre esto hoy).
Sin embargo, hay un nuevo tipo de contaminación, que es la contaminación del alma, y está es la peor contaminación de todas, porque la consecuencia es la muerte eterna.
Vivimos en una sociedad que cada vez acepta más cosas malas como si fueran buenas, los morales se están tirando por la ventana, muchos ya no saben reconocer lo que está bien de lo que está mal, ponen excusas al hacer cosas que están mal para poder justificarse y así no sentirse culpables. Han acallado la voz de su consciencia, cuanto menos la escuchamos más difícil es volver a escucharla. La voz de nuestra consciencia es realmente el Espíritu Santo que nos habla y nos muestra lo que está mal.
Cada vez que hacemos algo mal añadimos "basura" a nuestra alma, cada vez que mentimos, robamos(esto incluye: la piratería, el intentar estafar al gobierno, a los seguros, el quedarnos con más cambio cuando se equivocan en una tienda), criticamos, murmuramos, maltratamos, codiciamos, adulteramos, desobedecemos a nuestros padres y a los que están en autoridad, e incluso matamos (no sólo el asesinato físico, que realmente no es común entre la mayoría de la gente, si que la Biblia dice que cuando hablamos mal de alguien y destruimos su reputación, lo criticamos o le herimos con nuestras palabras, estamos matándole también). Y sin darnos cuenta, porque la mayoría de las cosas que hacemos nos parecen insignificantes, contaminamos nuestra vida. Y porque nos parecen insignnificante lo que hacemos no sentimos la necesidad de arrepentirnos, cambiando nuesta manera de hacer las cosas y arreglando nuestra vida con Dios.
Sin embargo, la Biblia es muy clara, dice por cuanto todos pecamos hemos sido destituidos de la gloria de Dios (parafraseado de Romanos 3:23), es decir, no tenemos entrada al cielo, esa es la misma razón por la que Dios envió a su hijo Jesucristo a morir por nosotros, para que no nos perdamos y tengamos vida eterna, para que arrepitiéndonos y aceptándolo como nuestro Salvador y Señor podamos ir al cielo; por ese amor tan grande que él nos tuvo, ese amor descrito en Juan 3:16 - De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda más tenga vida eterna.
Yo te animo a que te recicles, a que te examines y vea en qué estás fallando, qué te arrepientas y arregles tu vida con Dios, que si no le has conocido que lo hagas, habla con él, cree que él murió por tus pecados, sufrió hasta tal punto, que no podemos imaginárnoslo, y lo mejor de todo es que no se quedó ahí, si no que resucitó para darnos vida en abundancia y para ser nuestro abogado para con Dios, para hablar en nuestro favor cuando nos arrepentimos e intentamos vivir una vida que le agrade.
¡¡Deshazte de la basura en tu vida!! :)
Un saludo a tod@s! :)
